Cuando hablamos de "shock cultural", no estamos empleando un término clínico ni refiriéndonos a un trastorno médico. Se trata simplemente de una manera de describir los sentimientos de confusión y de nerviosismo que una persona puede experimentar al dejar una cultura que le es familiar para vivir en otra completamente diferente. Cuando te mudas a un lugar nuevo, tienes que enfrentar muchos cambios. Estos cambios pueden ser emocionantes y estimuladores, pero también pueden resultar abrumadores. Es posible que te sientas triste, ansioso, frustrado y que desees volver a tu lugar de origen.
Es normal que la adaptación a una nueva cultura te resulte difícil. Es posible que las personas que pertenecen a otras culturas (y con las que vas a salir o con las que vas a ir a la escuela) se hayan criado de acuerdo con valores y creencias diferentes de los tuyos. Como consecuencia de estas diferencias, los temas de conversación, la manera en la que se expresan y la importancia que les dan a ciertas ideas pueden diferir bastante de aquello a lo que estás acostumbrado. La buena noticia es que el shock cultural es algo temporal.
Para comprender el shock cultural, debemos entender primero qué es "cultura". Es posible que sepas que los genes son los que determinan, en gran medida, tu apariencia y la manera en que te comportas. Lo que posiblemente no sepas es que tu ambiente -tu entorno- también ejerce una gran influencia en tu apariencia y tu comportamiento.
El ambiente no sólo es el aire que respiras o la comida que ingieres; gran parte de tu ambiente es "cultura". La cultura está formada por esas cosas de todos los días que los miembros de una comunidad aprenden de sus familias, sus amigos, los medios de comunicación y hasta de los extraños. Éstas son las cosas que influyen en su aspecto, su manera de comportarse y el modo en que se& comunican con los demás. A menudo, no te das cuenta de que estás aprendiendo estas cosas porque las haces automáticamente. Por ejemplo, la manera en que das la mano al encontrarte con alguien, tus horarios de comidas, aquello que encuentras gracioso o tu postura respecto de la religión
Cuando vas a un lugar nuevo, como otro país u otra ciudad, sueles ingresar en una cultura que es diferente de la que dejaste. En ocasiones, tu cultura y la nueva son similares. Otras veces, pueden ser muy diferentes o incluso opuestas. Lo que es perfectamente normal en una cultura -por ejemplo, pasar horas comiendo con tu familia- puede resultar algo poco usual en una cultura que valora un estilo de vida más acelerado.
Las diferencias entre las culturas pueden volver muy difícil la adaptación al nuevo entorno. Es posible que tengas que enfrentarte con ropa, clima y comida que no te resulten familiares, así como con personas, escuelas y valores diferentes. Posiblemente, en tu nuevo entorno tengas que luchar para lograr cosas que eran muy fáciles en tu lugar de origen. Hacer frente a estas diferencias puede generarte un gran desasosiego; estos sentimientos son parte de la adaptación a una nueva cultura.
Cada persona se adapta a una nueva cultura de una manera diferente. En ciertos casos, la gente está muy entusiasmada con el traslado. Aunque quizá se sientan un poco tristes por tener que dejar a esas personas y lugares que eran importantes para ellos, viven el traslado como una aventura. También es posible que hayan escuchado cosas buenas del lugar adonde van. Mucha gente mantiene esta postura. Pero a menudo las dificultades de adaptación no surgen enseguida. Para algunas personas, el entusiasmo inicial se convierte en frustración a medida que pasa el tiempo y siguen sin entender cómo funciona su nuevo entorno.
Por otro lado, hay personas que nunca desearon mudarse. Su frustración comienza el día en que se enteran de que deben trasladarse a un nuevo lugar, ya que viven totalmente felices en donde están. Este sentimiento se prolonga a medida que descubren cuán diferente es su nuevo entorno.
Si bien cada persona experimenta el shock cultural de una manera diferente, los siguientes sentimientos son comunes:
Estos sentimientos pueden hacer que desees aislarte del nuevo entorno y rechazar la nueva cultura. No es aconsejable aislarse de este modo. Si te tranquilizas, observas y aprendes, y no pierdes de vista la verdadera dimensión de las cosas, probablemente descubras que puedes superar las dificultades. Pero, si te sientes deprimido y no logras funcionar normalmente en tu nuevo entorno una vez que hayan pasado unos meses, debes hablar con tus padres o con un adulto en el que confíes para ver si necesitas la ayuda de un médico o un profesional de la salud mental.
¿Cómo enfrentar la frustración y los miedos que sientes? ¿Cómo puedes comenzar a sentirte cómodo en este nuevo entorno?
Dependiendo de dónde vienes y de la frecuencia con la que utilizabas el inglés allí, puedes o no tener problemas para hablar o entender inglés. Es aconsejable que manejes bien el idioma lo antes posible. No poder entender lo que la gente te dice es casi tan frustrante como no poder hacer que la gente entienda lo que tú estás diciendo
Gran parte de la ansiedad que surge del traslado a un nuevo lugar tiene que ver con no saber qué esperar del nuevo entorno. Si aprendes cosas del nuevo lugar, te será mucho más fácil sentirte cómodo.
Un lugar ideal para hacer esto es la escuela. Aprende observando a la gente que te rodea; observa cómo los estudiantes interactúan con los maestros y con otros alumnos. Investiga qué hacen tus compañeros de clase para divertirse y cuáles son las cosas que consideran importantes.
También es posible obtener esta información mirando televisión y películas. Pero ten cuidado porque no todo lo que vas a ver en la pantalla es como sucede en la realidad. Sin embargo, estos medios de comunicación te ayudarán a aprender el idioma formal y el coloquial.
Es muy probable que el acento de tu inglés sea diferente si éste no es tu idioma nativo. Tu ropa también puede ser diferente de la que llevan los que te rodean. Muchas veces puede resultar muy difícil ser diferente, especialmente en comparación con los otros estudiantes de la escuela. Pero es posible que cierta gente de tu escuela esté deseosa por conocerte, ya que estas diferencias le resultan atractivas. También es posible que otra gente te haga la vida difícil.
Algunas de las personas que quizás intenten molestarte lo harán sobre la base de estereotipos. Los estereotipos son ideas simplificadas, por lo general exageradas o distorsionadas de una manera negativa, que un grupo de gente tiene sobre otro. Un ejemplo de un estereotipo sería la creencia de que la gente con cabello enrulado es perezosa. Como podemos ver a través de este ejemplo, los estereotipos suelen no ser verdad y pueden resultar hirientes.
Si alguien te molesta, ignóralo; no le des el gusto de ver que su comentario te afecta. Si no puedes ignorar los comentarios, habla con tus amigos, con tus hermanos o con tus padres. La gente que te quiere y sabe que eres una gran persona puede ayudarte a entender que la persona que te intimida no tiene idea de lo que dice. También ayuda estar en la escuela con gente que no se sienta intimidada por los comentarios del atacante.
Si bien es muy feo ser encasillado en un estereotipo, trata de no hacer lo mismo con los demás. Estas caracterizaciones son tan injustas como las que usan otros para encasillarte a ti. Creer en esto impide hacer nuevos amigos
Hay muchas cosas que puedes hacer para adaptarte a la nueva cultura. Pero recuerda que no estás solo; hay mucha gente a la que puedes recurrir para obtener ayuda:
En lugar de olvidar tu cultura para poder asimilar la nueva, mantente abierto a nuevas maneras de pensar las cosas y de hacerlas.
Tarde o temprano, todos se sienten presionados a adaptarse, ya sea que hayan vivido en el país por unos días o unos años. Pero no te sientas obligado a cambiar todo lo que eres para no sobresalir tanto. Todas las experiencias de vida por las que has pasado antes de llegar a este país son parte de tu personalidad y hacen que seas una persona especial.
A continuación, encontrarás varios consejos para que la nueva cultura no domine a la antigua:
No sólo has dejado gente que apreciabas, sino también objetos y lugares a los que te gustaba ir con tus amigos. Coloca fotos a la vista para acordarte de estos lugares.
Recuerda: la clave para superar el shock cultural es entender la nueva cultura y encontrar la manera de vivir cómodamente en ella mientras te mantienes fiel a aquello que valoras de tu propia cultura. Es importante que seas tú mismo. No te fuerces a cambiar demasiado rápido o a cambiar demasiadas cosas al mismo tiempo. Adáptate a tu propio ritmo. Todos debemos enfrentar cambios en nuestras vidas y quizá te parezca que tienes que pasar por más cambios que el promedio de la gente. Recuerda que no tendrás problemas siempre y cuando logres mantener lo que es importante para ti y seas capaz de lograr una buena combinación de lo nuevo y lo viejo.