El estrés puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o ansioso. Lo que es estresante para una persona no necesariamente es estresante para otra.
La ansiedad es un sentimiento de recelo, nerviosismo o miedo. La fuente de este desasosiego no siempre se sabe o se reconoce, lo cual puede aumentar la angustia que uno siente.
El estrés es una parte normal de la vida de toda persona y en bajos niveles es algo bueno, ya que motiva y puede ayudar a ser más productivo. Sin embargo, demasiado estrés o una respuesta fuerte al estrés es dañina. Esto puede predisponer a tener una salud general deficiente, al igual que enfermedades físicas y psicológicas específicas como infección, cardiopatía o depresión. El estrés persistente puede llevar a que se presente ansiedad y comportamientos malsanos como comer demasiado y consumir alcohol o drogas.
Los estados emocionales como aflicción o depresión y problemas de salud como la hiperactividad de la tiroides, bajo nivel de azúcar en la sangre o un ataque cardíaco también pueden causar síntomas similares al estrés.
La ansiedad a menudo se presenta acompañada de síntomas físicos tales como:
Algunas veces, otros síntomas acompañan a la ansiedad:
La ansiedad puede ocurrir como parte de un trastorno de ansiedad. Los trastornos de ansiedad son un grupo de afecciones psiquiátricas que involucran ansiedad excesiva e incluyen:
Ciertas drogas, tanto psicoactivas como medicinales, pueden llevar a que se presenten síntomas de ansiedad, ya sea debido a los efectos secundarios o a la abstinencia de la droga. Tales drogas comprenden:
Una dieta deficiente (por ejemplo, niveles bajos de vitamina B12) también puede contribuir al estrés o a la ansiedad. En casos muy poco comunes, un tumor de la glándula suprarrenal (feocromocitoma) puede causar ansiedad o síntomas similares al estrés. Estos síntomas son causados por una sobreproducción de hormonas responsables de los sentimientos de ansiedad.
La solución más efectiva para un problema de ansiedad o estrés es encontrar y abordar su fuente. Esto puede ser difícil, debido a que la causa de la ansiedad puede no ser consciente. Un primer paso consiste en hacer un inventario de los factores que usted piensa que podrían estar ocasionando el "exceso de estrés", tratando de ser lo más honesto posible consigo mismo:
Luego, encuentre a alguien confiable (amigo, miembro de la familia, vecino, clérigo) que lo escuche. Con frecuencia, el simple hecho de hablar con un amigo o un ser querido es todo lo que se necesita para ayudar a calmar la ansiedad. La mayoría de las comunidades también cuentan con recursos como los grupos de apoyo y líneas de atención que pueden ayudar. Los trabajadores sociales, los psicólogos y los psiquiatras pueden ser muy efectivos para ayudarle a reducir la ansiedad a través de terapia y medicación. Igualmente, encuentre opciones de estilo de vida saludable que le ayuden a hacerle frente al estrés. Por ejemplo:
El médico puede ayudarle a determinar si su ansiedad sería mejor evaluada y probablemente mejor tratada por un profesional en salud mental. Llame al número local de emergencias (911 en los Estados Unidos) si:
Consulte con el médico si:
Pregúntele al farmaceuta o al médico si cualquier medicamento recetado o de venta libre que usted esté tomando le puede causar ansiedad como efecto secundario. No deje de tomar los medicamentos recetados sin recibir instrucciones por parte del médico.
Lo que se puede esperar en el consultorio médico:
El médico tomará la historia médica y realizará un examen físico, prestando especial atención al pulso, a la frecuencia respiratoria y a la presión arterial. El médico puede hacer las siguientes preguntas para ayudarle a entender mejor la ansiedad, el estrés o la tensión:
Los exámenes de diagnóstico pueden incluir pruebas de sangre y posiblemente un electrocardiograma (ECG).
Si la ansiedad no está acompañada de ningún tipo de signos o síntomas físicos preocupantes, el médico lo puede remitir a un profesional en salud mental. Se ha demostrado que la psicoterapia (terapia de conversación), como la terapia conductual cognitiva (TCC) o la terapia psicodinámica, disminuye significativamente la ansiedad. En algunos casos, puede ser apropiado realizar un tratamiento con medicamentos antidepresivos.
Ver: trastornos de ansiedad generalizada para más información.
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La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, miserable o derrumbado. La mayoría de las personas se sienten de esta manera una que otra vez durante períodos cortos. La verdadera depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período prolongado.
La depresión generalmente se clasifica en términos de gravedad como leve, moderada o severa. El médico puede determinar el grado de la depresión, lo cual influencia la forma como se debe tratar. Los síntomas de depresión abarcan:
La baja autoestima es común con la depresión, al igual que los arrebatos repentinos de ira y falta de placer en actividades que normalmente lo hacen feliz, incluyendo la actividad sexual. Es posible que los niños deprimidos no tengan los síntomas clásicos de la depresión en los adultos. Vigile especialmente los cambios en el rendimiento escolar, el sueño y el comportamiento. Si usted cree que su hijo podría estar deprimido, vale la pena consultarlo con el médico.
Los tipos principales de depresión abarcan:
Otras formas comunes de depresión abarcan:
La depresión también puede ocurrir con manías (conocida como depresión maníaca o trastorno bipolar). En esta afección, los estados de ánimo están en un ciclo entre manía y depresión.
La depresión es más común en las mujeres que en los hombres y es especialmente frecuente durante los años de adolescencia. Los hombres parecen buscar ayuda con relación a sentimientos de depresión con menos frecuencia que las mujeres; por lo tanto, las mujeres pueden simplemente tener más casos documentados de depresión.
La depresión a menudo es un mal de familia, esto posiblemente debido a los genes (hereditaria), comportamiento aprendido o ambos. Incluso si los genes hacen que usted tenga mayor probabilidad de presentar depresión, un hecho estresante o una vida infeliz generalmente desencadenan el comienzo de un episodio depresivo.
La depresión se puede originar por:
Si usted presenta depresión durante dos semanas o más, debe ponerse en contacto con el médico, quien le puede ofrecer opciones de tratamiento. Sin importar si presenta una depresión leve o una depresión mayor, las siguientes medidas de cuidados personales pueden ayudar:
Si la depresión ocurre en los meses de otoño o invierno, ensaye con fototerapia usando una lámpara especial que simula la luz del sol.
Muchas otras personas ensayan con una hierba popular que no requiere receta médica llamada la hierba de San Juan. Algunos estudios sugieren que este remedio puede servir para la depresión leve, pero no para la depresión moderada o severa. Tenga cuidado con esta hierba, ya que tiene muchas interacciones potenciales con drogas y NO SE DEBE tomar con antidepresivos recetados, píldoras anticonceptivas, inhibidores de proteasa para VIH, teofilina, warfarina, digoxina, reserpina, ciclosporina o loperamida. Consulte con el médico si está pensando en utilizar esta hierba para la depresión leve.
En caso de presentarse depresión moderada a severa, probablemente el plan de tratamiento más efectivo será una combinación de orientación psicológica y medicamentos.
Llame al 911, a una línea nacional de ayuda en casos de suicidio o acuda a la sala de urgencias más cercana si tiene pensamientos suicidas, un plan para cometer suicidio o intenciones de hacerse daño o lastimar a otros.
Llame al médico de inmediato si:
Lo que se puede esperar en el consultorio médico
Se hace la historia clínica completa, una entrevista psiquiátrica y se realiza un examen físico para tratar de clasificar la depresión como leve, moderada o severa y ver si hay una causa subyacente tratable (como consumo excesivo de alcohol o baja actividad de la tiroides). Por lo general, se recomienda hospitalización cuando el suicidio parece posible.
Es de esperar alguna exploración de los asuntos y eventos asociados con los sentimientos de depresión. El médico hará preguntas acerca de:
El tratamiento varía de acuerdo con la causa y gravedad de los síntomas depresivos, así como las preferencias personales del paciente. La terapia más efectiva para una depresión moderada o severa es una combinación de medicamentos antidepresivos y psicoterapia; mientras que para la depresión leve, la asesoría y las medidas de cuidados personales sin medicamentos pueden ser suficientes.
Si está tomando otros medicamentos para otros propósitos que pudieran causar depresión como efecto secundario, es posible que sea necesario cambiarlos. Sin embargo, NO cambie ni deje de tomar ningún medicamento sin consultar con el médico.
Para las personas que se encuentran tan deprimidas que son incapaces de valerse por sí mismas o que tienen una tendencia suicida y no se les puede cuidar de manera segura en la comunidad, puede ser necesaria la hospitalización psiquiátrica.
Los hábitos de vida saludables pueden ayudar a prevenir la depresión o disminuir las posibilidades de que se presente de nuevo. Dichos hábitos abarcan alimentarse de manera adecuada, hacer ejercicio regularmente, aprender a relajarse y no consumir alcohol ni drogas.
La asesoría le puede ayudar en los momentos de aflicción, estrés o desánimo. La terapia de familia puede ser particularmente importante para los adolescentes que se sienten deprimidos.
Si se siente socialmente aislado o solitario, trate de involucrarse en servicios voluntarios o en actividades grupales.
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